Pre-requisito: diagnóstico de deglución atípica y respiración bucal

Para utilizar el dispositivo de manera efectiva, el profesional debe ser capaz de detectar la deglución atípica y la respiración bucal.

La deglución atípica se caracteriza por:

–       Arcos dentales que no están en contacto.

–       Interposición lingual.

–       Contracción de los músculos de los labios y la barbilla.

Estas contracciones musculares son más fáciles de detectar, especialmente cuando están en reposo. Para estudiar los reflejos automáticos del paciente, es importante realizar un examen visual antes de que se sienten en la silla, cuando no parecen estar prestando atención.  

Examinar la anatomía de las fosas nasales es la mejor prueba, pero también se puede utilizar la prueba de Gudin o, incluso mejor, el aerofonoscopio de Delaire.

La prueba de Gudin, aplicando presión a las fosas nasales, nos permite descubrir si esta incapacidad es crónica. El diagnóstico se confirma mediante un estudio detenido de las fosas nasales que indican parafunción.

También creo firmemente en una prueba sencilla donde se le pide al niño que respire profundamente. Si la respiración por la boca es temporal, el niño intentará inhalar más aire dilatando sus fosas nasales. Por el contrario, si la respiración por la boca es crónica, entonces la nariz se estrechará como resultado de una caída de presión causada por la inhalación forzada.

¿Cuándo se debe utilizar el dispositivo?

El tratamiento de la disfunción debe comenzar tan pronto como sea posible después de diagnosticar la deglución atípica, siempre que el entorno anatómico del paciente lo permita. Si éste no es estable, asegúrese de que la lengua pueda encontrar los puntos de referencia fisiológicos observados en una oclusión normal

Ejemplo de un entorno anatómico no estable: un estrechamiento importante de la maxila impide que la lengua se posicione cómodamente contra el arco palatino.

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